28-A: HAY MÁS PARTIDO DEL QUE PARECE
LAS PROVINCIAS – Sábado 13 de abril, 2019
Empecemos por el final, con un vaticinio arriesgado: la noche del 28 de abril habrá sorpresas. La volatilidad actual del votante y su falta de fidelidad; el voto oculto de la derecha y el excesivo optimismo de la izquierda, hará que vayamos a vivir las 48 horas más determinantes de unas elecciones en España, y me refiero al sábado 27 y al mismo domingo electoral. Las emociones, los instintos, las sensaciones y el cabreo nacional, aflorarán frente a la razón que demuestran los españoles cuando se enfrentan a un encuestador.
Esta semana hemos visto una nueva Tezanoencuesta: 16.000 encuestas y más de 300.000 euros gastados, para dejar como resultado más sobresaliente que un 40% de los encuestados no saben qué van a votar. Lo de las alforjas y el viaje viene bien tirado en este caso.
Sin duda, nos encontramos ante las elecciones más emocionantes de las últimas décadas. Quizás las causas son por todos conocidas: la era digital que influye directamente en las campañas políticas; la crisis social, económica y política de carácter estructural que vive el mundo; la irrupción de los populismos de izquierda y derecha; y el descreimiento generalizado en los líderes actuales y en los medios tradicionales. Europa en concreto, y el mundo en general, vive una crisis sólo comparable a la de 1929 que facilitó la llegada de populismos tan nocivos como despreciables.
Pero vayamos al detalle partido a partido. Comencemos por el PSOE del presidente Sánchez. Y subrayo lo de presidente, ya que los alemanes, los grandes expertos del marketing político europeo, siempre hablan del bono que tiene el canciller en unas elecciones. Pedro Sánchez ha conseguido en pocos meses de gobierno ganarle la partida social a un Pablo Iglesias desnortado, al que seguramente el 28-A suponga el estoque definitivo a su carrera política. Sánchez ha demostrado ser el listo de la clase, con una ventaja adicional para los tiempos que corren: tiene el atrevimiento que a otros le falta. Se nota que como esos míticos boxeadores, ha pasado hambre y penurias en su trayectoria política. Es el que más méritos ha hecho de todos los líderes, le han dejado el carril del centro libre de tráfico y las urnas le reconocerán su constancia con un excelente resultado, en torno a los 120/125 diputados. Aquí no debería despreciar el empujón que le va ofrecer la inteligente decisión de Ximo Puig de usar por primera vez en la historia su prerrogativa para adelantar las elecciones.
Por su parte, Pablo Casado y este nuevo PP aún está en fase de gestación. El mérito de no obtener aún un peor resultado en la Comunidad Valenciana se lo deberá al ingente trabajo de Isabel Bonig, que ha lidiado en la mejor plaza del PP en el peor momento. La campaña del PP nacional es para hacérsela mirar: errores diarios, le da cancha diaria a un partido que hace seis meses no era nadie en el panorama político, ha consentido que el problema catalán desaparezca de la agenda fundamental diaria y sea sustituido por la problemática social diseñada por el equipo de MK del PSOE, tiene dividido al partido y no consigue erigirse en el voto que ilusione a la derecha (el centro lo da por perdido, craso error). Alcanzar los 80/85 diputados ya sería todo un éxito.
A Albert Rivera y a su Ciudadanos le ha llegado la hora de la verdad, va a tomar la alternativa en Las Ventas. Las encuestas le dan un resultado que seguro superarán el 28 de abril. A la equivocación garrafal de negarle el pan y la sal a Pedro Sánchez, cuando nadie se lo pedía, le ha seguido una serie de amagos que intentan de nuevo llevarle al camino del centro por el que circulaba el presidente del Gobierno con velocidad de crucero. En ese 40% de indecisos, los pronósticos dicen que Cs comerá terreno al PSOE, y podrá situarse en la horquilla de 50/55 diputados, que le va a permitir decidir el gobierno de España. Un gobierno que cada vez va a tener un color tan especial como inesperado: PSOE, Cs, PNV y alguna sorpresa agradable de última hora.
Podemos y Vox van a tener digestiones diferentes. Pablo Iglesias conseguirá unos resultados algo mejores de los que aparecen en las encuestas, y pueden situarse en torno a los 30/35 diputados. En una situación parecida puede quedar Vox, que tiene un evidente voto oculto. Sus resultados pueden estar también en el intervalo de 30 a 35 diputados. La pérdida de la plazas por parte de Podemos y los llenazos de Vox en la España del interior, auguran estas trayectorias.
Y por último, Compromís, que con la candidatura encabezada por Joan Baldoví (el político mejor valorado del parlamento) y el apoyo de Enric Morera (gran responsable estratégico del boom de la coalición), conseguirá aguantar bien el tirón socialista. Otra cosa será la campaña autonómica, donde el president le ha comido la tostada a su vicepresidenta. Conseguir 3 o 4 diputados será factible la noche electoral, sobre todo por la fortaleza municipal del Bloc y su capacidad de movilización de las bases en redes. Por primera vez en la historia de la democracia española Compromís puede decidir un gobierno. Esa es su fortaleza, aunque aún no la han comunicado.
En resumen, hay mucho partido y aunque todo apunta a que el PSOE podrá elegir compañero o compañera de gobierno, el excesivo celo en demostrar que van a ganar sobrados las elecciones puede desmovilizar a una parte de su electorado, y darle oportunidades a un PP en horas bajas. Qué bonita va a ser la foto de la boda. No se la pierdan.
MIGUEL ZORÍO PELLICER PRESIDENTE DE LOBBY & COMUNICACIÓN
Empecemos por el final, con un vaticinio arriesgado: la noche del 28 de abril habrá sorpresas. La volatilidad actual del votante y su falta de fidelidad; el voto oculto de la derecha y el excesivo optimismo de la izquierda, hará que vayamos a vivir las 48 horas más determinantes de unas elecciones en España, y me refiero al sábado 27 y al mismo domingo electoral. Las emociones, los instintos, las sensaciones y el cabreo nacional, aflorarán frente a la razón que demuestran los españoles cuando se enfrentan a un encuestador.
Esta semana hemos visto una nueva Tezanoencuesta: 16.000 encuestas y más de 300.000 euros gastados, para dejar como resultado más sobresaliente que un 40% de los encuestados no saben qué van a votar. Lo de las alforjas y el viaje viene bien tirado en este caso.
Sin duda, nos encontramos ante las elecciones más emocionantes de las últimas décadas. Quizás las causas son por todos conocidas: la era digital que influye directamente en las campañas políticas; la crisis social, económica y política de carácter estructural que vive el mundo; la irrupción de los populismos de izquierda y derecha; y el descreimiento generalizado en los líderes actuales y en los medios tradicionales. Europa en concreto, y el mundo en general, vive una crisis sólo comparable a la de 1929 que facilitó la llegada de populismos tan nocivos como despreciables.
Pero vayamos al detalle partido a partido. Comencemos por el PSOE del presidente Sánchez. Y subrayo lo de presidente, ya que los alemanes, los grandes expertos del marketing político europeo, siempre hablan del bono que tiene el canciller en unas elecciones. Pedro Sánchez ha conseguido en pocos meses de gobierno ganarle la partida social a un Pablo Iglesias desnortado, al que seguramente el 28-A suponga el estoque definitivo a su carrera política. Sánchez ha demostrado ser el listo de la clase, con una ventaja adicional para los tiempos que corren: tiene el atrevimiento que a otros le falta. Se nota que como esos míticos boxeadores, ha pasado hambre y penurias en su trayectoria política. Es el que más méritos ha hecho de todos los líderes, le han dejado el carril del centro libre de tráfico y las urnas le reconocerán su constancia con un excelente resultado, en torno a los 120/125 diputados. Aquí no debería despreciar el empujón que le va ofrecer la inteligente decisión de Ximo Puig de usar por primera vez en la historia su prerrogativa para adelantar las elecciones.
Por su parte, Pablo Casado y este nuevo PP aún está en fase de gestación. El mérito de no obtener aún un peor resultado en la Comunidad Valenciana se lo deberá al ingente trabajo de Isabel Bonig, que ha lidiado en la mejor plaza del PP en el peor momento. La campaña del PP nacional es para hacérsela mirar: errores diarios, le da cancha diaria a un partido que hace seis meses no era nadie en el panorama político, ha consentido que el problema catalán desaparezca de la agenda fundamental diaria y sea sustituido por la problemática social diseñada por el equipo de MK del PSOE, tiene dividido al partido y no consigue erigirse en el voto que ilusione a la derecha (el centro lo da por perdido, craso error). Alcanzar los 80/85 diputados ya sería todo un éxito.
A Albert Rivera y a su Ciudadanos le ha llegado la hora de la verdad, va a tomar la alternativa en Las Ventas. Las encuestas le dan un resultado que seguro superarán el 28 de abril. A la equivocación garrafal de negarle el pan y la sal a Pedro Sánchez, cuando nadie se lo pedía, le ha seguido una serie de amagos que intentan de nuevo llevarle al camino del centro por el que circulaba el presidente del Gobierno con velocidad de crucero. En ese 40% de indecisos, los pronósticos dicen que Cs comerá terreno al PSOE, y podrá situarse en la horquilla de 50/55 diputados, que le va a permitir decidir el gobierno de España. Un gobierno que cada vez va a tener un color tan especial como inesperado: PSOE, Cs, PNV y alguna sorpresa agradable de última hora.
Podemos y Vox van a tener digestiones diferentes. Pablo Iglesias conseguirá unos resultados algo mejores de los que aparecen en las encuestas, y pueden situarse en torno a los 30/35 diputados. En una situación parecida puede quedar Vox, que tiene un evidente voto oculto. Sus resultados pueden estar también en el intervalo de 30 a 35 diputados. La pérdida de la plazas por parte de Podemos y los llenazos de Vox en la España del interior, auguran estas trayectorias.
Y por último, Compromís, que con la candidatura encabezada por Joan Baldoví (el político mejor valorado del parlamento) y el apoyo de Enric Morera (gran responsable estratégico del boom de la coalición), conseguirá aguantar bien el tirón socialista. Otra cosa será la campaña autonómica, donde el president le ha comido la tostada a su vicepresidenta. Conseguir 3 o 4 diputados será factible la noche electoral, sobre todo por la fortaleza municipal del Bloc y su capacidad de movilización de las bases en redes. Por primera vez en la historia de la democracia española Compromís puede decidir un gobierno. Esa es su fortaleza, aunque aún no la han comunicado.
En resumen, hay mucho partido y aunque todo apunta a que el PSOE podrá elegir compañero o compañera de gobierno, el excesivo celo en demostrar que van a ganar sobrados las elecciones puede desmovilizar a una parte de su electorado, y darle oportunidades a un PP en horas bajas. Qué bonita va a ser la foto de la boda. No se la pierdan.
MIGUEL ZORÍO PELLICER PRESIDENTE DE LOBBY & COMUNICACIÓN