PAVIMENTOS PARA EXTERIORES: TIPOS, VENTAJAS E INCONVENIENTES

Es tiempo de aire libre, de sol, de piscina, de terraceo o de cenas bajo la luz de las estrellas. Piscinas, terrazas y jardines son el nuevo escenario; el agua, el sol y el aire nuestro nuevo medio en el que transcurre la vida.

Existen muchos materiales que pueden ser empleados en exteriores, cada uno tiene unas características que lo hacen más o menos adecuado a la funcionalidad que van a cumplir. La cerámica, por su propia naturaleza, se ha convertido en una las opciones más demandadas para crear espacios con una marcada estética y una resistencia inmejorable. Sus ventajas son indiscutibles, su colocación se adapta al espacio, su mantenimiento es sencillo y sus usos son múltiples.

Los suelos de exteriores deben tener ciertas características propias. Nos encontramos en zonas de gran tránsito por lo que decidir qué material utilizar es muy importante, sobre todo, identificar las ventajas y desventajas de cada uno.  Además de resistir bien las altas temperaturas y otras inclemencias del tiempo, como las heladas, es muy importante que cumplan otros requisitos, como el hecho de que el pavimento sea antideslizante, pues nos encontramos en zonas donde el agua y la forma de transitar pueden ocasionar caídas por deslizamiento. 

Otra cuestión esencial que hay que tener en cuenta es el mantenimiento, cuyo coste y esfuerzo puede variar mucho dependiendo del tipo de material que se utilice. 

También es importante pensar bien el color del pavimento, ya que los colores claros reflejan demasiado la luz y se nota mucho la suciedad, mientras que los oscuros absorben el calor y se sobrecalientan, por tanto, lo ideal es optar por colores intermedios o neutros, como el gris o el beige.

Todos estos factores, unidos al resultado estético, hacen que la cerámica sea la solución perfecta para terrazas y espacios exteriores. Aunque hay muchos otros materiales que se pueden colocar en estas zonas, todos ellos cuentan con algún hándicap. Estos son las ventajas e inconvenientes del resto de materiales.

Madera

La madera es cálida y confortable. Existen diferentes tipos de maderas para los suelos de exterior. La madera de pino es la más económica, pero conlleva muchos problemas por su alta absorción. Las más adecuadas para exteriores son las maderas tropicales, ya que soportan mejor la humedad. Los suelos de madera para exteriores son una de las opciones más decorativas, sin embargo, al ser un material vivo que va cambiando su aspecto con el paso del tiempo, para mantenerlo hay que aplicar periódicamente tratamientos protectores.

Inconvenientes: El coste de mantenimiento de la madera es muy alto.  Los suelos de madera deben tratarse con productos específicos, al menos, dos veces al año, además de fregarse habitualmente con agua y jabón neutro. No se recomienda utilizar un limpiador de alta presión para su limpieza ni limpiadores abrasivos.  Es un material muy vulnerable a las inclemencias del tiempo, sobre todo a la humedad, y su instalación es más complicada que la de otro tipo de suelos. Suele perder color con el paso del tiempo.

Porcelánico

La cerámica es una solución práctica y estética para los suelos de exterior. Es resistente a las agresiones climáticas y duradera ante el desgaste, el paso del tiempo, la humedad y los cambios de temperatura. El porcelánico es uno de los materiales más resistentes para uso intensivo y de exteriores y su mantenimiento es muy sencillo. La propia naturaleza de la cerámica la convierte en la solución más adecuada para suelos exteriores, al tener una porosidad mínima que hace que no absorba la humedad, además de contar con una resistencia alta a golpes y rayados. Keraben Grupo ofrece multitud de diseños para recubrir suelos exteriores, como simulación madera, piedra o cemento pulido. 

La cerámica permite desarrollar acabados antideslizantes, como los pavimentos ANTISLIP SHOELESS de Keraben Grupo, una excelente gama de porcelánicos antideslizantes de rugosidad imperceptible al tacto.  Estos materiales incorporan un acabado antideslizante para exterior con textura extra sedosa, que cumple con los requisitos del Código Técnico de la Edificación (CTE) y respeta los diseños y colores del acabado natural de las piezas gracias a su elevada transparencia, permitiendo crear espacios totalmente homogéneos. Además, su mantenimiento es sencillo y no es necesario utilizar productos específicos a partir de la primera limpieza de obra. Todas las propiedades de ANTISLIP SHOELESS han sido ensayadas y verificadas por el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC).

Prevenciones:  Es importante dejar una junta nunca menor de 3 mm para evitar problemas con posibles dilataciones o contracciones ante el calor y las heladas. También es necesario un especial mantenimiento con productos específicos para una adecuada limpieza final de obra.

Cemento y microcemento

El cemento es resistente, versátil y fácil de mantener. Le afecta poco la acción del sol, por lo que mantiene su color. Los suelos de exterior de cemento requieren un acceso por el que pueda pasar la máquina necesaria para realizarlos. Además, cabe la posibilidad de que sufran fisuras o grietas. También en el caso de los microcementos, el suelo expuesto al sol, debido a las altas temperaturas, puede llegar a quemar los pies. Además, su estética de tipo industrial la hace incompatible con ciertos estilos decorativos.


Inconvenientes: Los revestimientos continuos, al carecer de juntas de dilatación, pueden sufrir las tensiones producidas en el soporte debido a los cambios de temperatura o a los movimientos que se producen en el edificio por vibraciones o asentamiento, y sufrir fisuras o grietas.  Además, para que la instalación se haga correctamente, esta puede durar hasta una semana en el caso de suelos.  En cuanto a los daños, la solución no es sencilla, ya que habrá que arreglar una zona amplia para que no se note el cambio de color. 

Piedra natural

La piedra natural es una de las opciones más empleadas para revestir suelos de exterior, sobre todo en entornos rústicos. La pizarra se suele utilizar en los bordes de la piscina y en terrazas gracias a su impermeabilidad.  Además de los problemas provocados por la humedad, las piedras naturales presentan complicaciones en su colocación. Al ser un material frágil, es fácil que se rompa a la hora de colocarlo y, además, su reparación no es sencilla. 


Inconvenientes: La humedad constante puede provocar el crecimiento de algas, musgo, así como grandes manchas de óxido o salitre y cal en la piedra natural. El sol también afecta a este material, que puede alterar el color y acabar con el brillo. 

Estos son algunos de los materiales más habituales que se emplean en terrazas, jardines o piscinas. Aunque cada uno tiene unas características que lo hacen más o menos adecuado a la funcionalidad que van a cumplir, la cerámica, por su propia naturaleza, se ha convertido en una las opciones más demandadas para crear espacios con una marcada estética y una resistencia inmejorable. Sus ventajas son indiscutibles, su colocación se adapta al espacio, su mantenimiento es sencillo y sus usos son múltiples.

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